Olvido Hormigos: La crisis de reputación que no debió ser

 

Desde que me enteré de la noticia sobre el vídeo de la concejal Olvido Hormigos, no hago más que darle vueltas a lo injustas que pueden llegar a ser ciertas situaciones.

Que todo un país tenga como tema de debate un vídeo en el que una mujer decide grabarse masturbándose para hacerle un regalo a su marido me parece realmente ridículo.

Hay quienes se posicionan a favor de la concejal, defendiéndola a capa y espada (¡qué expresión más española!), argumentando que no ha hecho nada, que no ha insultado, ofendido ni atacado a nadie; y hay otros que sienten cómo un cargo público ha menospreciado los principios más básicos del recato, socavando los cimientos de lo que debe ser la moral humana (por no utilizar otros términos más “religiosos”).

Personalmente -sí, me voy a mojar, ¿por qué no?-, opino que le hacemos un flaco favor a nuestra inteligencia si pretendemos asustarnos por algo así y, además, exigir responsabilidades a Olvido por su vídeo. La grabación de Hormigos no deja de estar hecha en un contexto íntimo, perteneciente a su vida privada. Aquí nada tiene que ver su cargo político. Se trata de un gesto de amor, de cariño, de complicidad hacia su marido. No es a ella a quien hay que denunciar, sino al sinvergüenza que tras ver el vídeo decidió colgarlo en Internet y hacerlo público. Aquellos que quieran utilizar el vídeo para desprestigiar su carrera política, creo que no son conscientes del daño que hacen a su vida privada (o sí).

Olvido Hormigos: repercusión en los medios.

Por todo lo anterior, se me plantea un debate en torno a la injusticia de las consecuencias de ciertos actos que, hechos desde la intimidad, se vuelven públicos y trágicos. Estamos ante un caso evidente de crisis de reputación, en todos los órdenes. La repercusión en los medios informativos ha sido realmente espectacular: noticiarios, programas matinales, especiales, etc. E Internet no iba a ser menos. La cantidad de acciones que pueden llegar a darse en la red a partir de una noticia de este tipo es asombrosa. Para muestra un botón: si hacemos una búsqueda en Facebook de [Olvido Hormigos] nos encontramos con lo siguiente:

Búsqueda Olvido Hormigos en Facebook

Como podemos ver, hay reacciones de todo tipo: jocosas, de apoyo, insultantes, vamos, de todo.

Sin embargo, me resulta aún más curioso el perfil de Twitter de la concejal, @OlvidoHormigos, un perfil abierto hace 6 meses pero desde el cual no se ha comenzado a tuitear hasta el 6 de septiembre, cuando ya había estallado el escándalo. Si le echamos un vistazo a los tweets, todos son de agradecimiento hacia las personas que  han ido mostrándo su apoyo. Seguro que el crecimiento de seguidores en estos días ha sido espectacular (Olvido sólo sigue a 6 personas):

Olvido Hormigos en Twitter

Tranquila Olvido, todo esto quedará en nada

Al final, todo ha acabado en que la concejal ha decidido no dimitir de su cargo, pese a la presión mediática a la que ha sido sometida. Aplaudo la decisión. Y aquí va mi reflexión final:

Internet somos todos. Cada uno de nosotros construimos la Red, nos alimentamos de ella y la dotamos de contenido. Pero también somos responsables de su calidad. Por supuesto que hay gente que tienen por único fin compartir contenido destinado a hacer burla, a causar dolor, pero somos los demás los que no debemos colaborar con estos indeseables. Yo podría haber compartido en este artículo un enlace al famoso vídeo, pero he decidido no hacerlo. Pienso que si queremos disfrutar de un Internet de calidad, es nuestra obligación abogar por la misma en cada pieza de contenido que compartamos. Esto no significa que de vez en cuando no podamos compartir con nuestros amigos fotos o vídeos divertidos. Tan sólo implica un compromiso con la Red. A fin de cuentas, es nuestro nuevo hábitat.

Por último, mostrar de nuevo mi apoyo a Olvido Hormigos. Lo que hiciste me parece bonito, sólo que nunca debió existir la oportunidad de que me pareciera bonito. ¡Ánimo!

 

***Actualización

Tras publicar este artículo, he escuchado la noticia sobre cómo la Guardia Civil ha desmontado la versión de Olvido Hormigos referente al destinatario del vídeo, que parece ser alguien distinto a su marido. Creo que algo así no cambia en nada la esencia del artículo, por los siguientes motivos:

  1. Sigue siendo un acto que pertenece a su vida privada.
  2. Me sigue pareciendo un gesto bonito por su parte.
  3. Nunca debió existir la posibilidad de que me siguiera pareciendo bonito.

 

4 comentarios en «Olvido Hormigos: La crisis de reputación que no debió ser»

  1. Realmente, creo que el “boom” de esta noticia ha estado bastante alentado por los tintes de culebrón que han rodeado el asunto. Independientemente de mi opinión personal sobre el asunto y midiéndolo desde un punto de vista exclusivamente profesional. Creo que el asunto estuvo muy mal gestionado: se vertieron acusaciones falsas a terceros (ayto de la localidad) con el fin de tratar de desviar el foco de atención; se mintió sobre el verdadero receptor del vídeo… En fin, que a la postre esto, que debería haber quedado en el círculo más íntimo de una pareja, ha trascendido hasta convertirse en el cotilleo nacional

    y aunque he dicho que no tenía intención de dar mi opinión personal, he de decir que sí, que estoy con el derecho de cualquiera a hacer los regalos que quiera, pero si hubiera gestionado este asunto de otra manera quizás no hubiera trascendido tanto.

    Responder
  2. ¿De verdad te parece bonito? ¿Y si tu pareja hace un vídeo así y se lo manda a otro te parece bonito?
    Nunca os creáis los rollos que sueltan cuando las pillan, como Scarlett Johansson. Los vídeos no se hacen para los maridos, a no ser que estén viviendo separados por algún motivo (normalmente laboral).

    Responder
    • Por lo que te quedas de este post, me parece que no has captado el mensaje. Tan solo digo que lo que pasó en su momento era algo que a nadie de fuera nos debería importar. No era nuestro problema.

      Responder

Deja un comentario